El Shiatsu es una terapía manual japonesa basada en la teoría de la Medicina Tradicional China.
“Shiatsu” significa “presión de los dedos” aunque también se usa otras técnicas de masaje que la presión y otras herramientas que los dedos.
El shiatsu es un método de manipulación del cuerpo que nos permite dar y recibir atención, calor y curación mediante un contacto no invasivo. En el tratamiento, el énfasis se pone en restaurar la armonía del Qi (palabra china que se podría traducir por energía). El fin del shiatsu es estimular un libre flujo de Qi por el cuerpo y la mente.
Donde hay tensión, hay constricción y la consiguiente restricción de la circulación de la sangre y del Qi (energía). Donde hay relajación, hay “apertura” y el consiguiente flujo libre de sangre y vitalidad.
Los dedos, manos, codos, rodillas y pies son usados para aplicar presión, frotación, martilleo, pellizcamiento, palmadas y estiramientos sobre los puntos y canales descritos en la acupuntura y así conseguir el restablecimiento del equilibrio energético.
El Shiatsu es una técnica terapéutica de masaje manual originada en Japón, aunque con influencias de la tradición china. Sigue principios similares a la acupuntura, en la que los pulgares, manos, dedos, codos, rodillas y pies son usados para aplicar presión y estiramientos sobre los puntos y canales de energía; el Shiatsu también es conocido como digitopuntura.
Las técnicas del Shiatsu son un ejercicio en el que se busca aliviar un dolor, o mejorar la calidad de vida, presionando con los dedos diferentes puntos del cuerpo del paciente. Es, en realidad, un arte terapéutico que surge de combinar una intuición sutil y afinada con una comprensión exhaustiva del cuerpo y de la mente.
El Shiatsu tiene múltiples ventajas y muy pocas contradicciones, por tratarse de una terapia amable con el organismo, en absoluto invasiva, y capaz de tratar la anatomía humana en su conjunto. A través del Shiatsu, se consigue restablecer un equilibrio en la salud, gracias a la canalización de la energía propia del cuerpo.
El cuerpo humano tiene las herramientas necesarias para curarse y las técnicas que se emplean en Shiatsu pretenden fomentar nuestra capacidad de utilizarlas correctamente.
En la actualidad, el Shiatsu continúa evolucionando y adquiriendo nuevas prácticas para su inventario a medida que se expande alrededor de todo el mundo. De esta forma, las técnicas propias de este masaje tradicional conservan la sabiduría milenaria de la Medicina Tradicional China.
Este masaje puede resultar de gran ayuda en el tratamiento de dolores y patologías leves y crónicas, pero también para mantener un buen estado de salud o para prevenir el nacimiento de nuevas dolencias.
La diferencia entre esta técnica y otros tipos de masaje es que el Shiatsu actúa a un nivel más profundo para, de este modo, intervenir en las funciones del organismo así como en el bienestar mental de los pacientes que tratamos.
El Shiatsu fundamenta su tratamiento en la capacidad innata que tiene el cuerpo de equilibrarse y curarse a sí mismo. El papel original del experto médico oriental era guiar a la persona en la salud más que tratarla en la enfermedad.
Como afirma el Emperador Amarillo, los sabios no trataban a aquellos que ya estaban enfermos. Instruían a aquellos que aún no estaban enfermos. No querían gobernar a aquellos que ya eran rebeldes; guiaban a aquellos que aún no eran rebeldes. Es obvio que los tiempos han cambiando y que el estilo de vida actual en ciudades invadidas por el estrés y la contaminación impide que muchas personas puedan poner en práctica el ejemplo de los sabios. No obstante, la medicina oriental como tal aún mantiene una fuerte inclinación hacia la prevención más que hacia la intervención, y el Shiatsu ciertamente se adecua a este patrón.
El método por el cual esto se logra se basa en la adecuada estimulación del sistema energético del cuerpo que incluye canales y puntos. La estimulación de los canales y de los puntos libera la energía bloqueada.
El Shiatsu puede contribuir a aliviar una serie de afecciones, particularmente los males crónicos y persistentes. Aparte de aliviar los síntomas, corrige de forma gradual los desequilibrios físicos y mentales prolongados, despierta una mayor conciencia del cuerpo y de la mente y contribuye a que el individuo alcance una sensación de bienestar general y de tranquilidad de ánimo. El objeto del Shiatsu es regular el sistema energético uniendo la mente, el cuerpo y el espíritu.
Como en otros tratamientos similares, la práctica del Shiatsu debe tener muy en cuenta los factores que afectan a la circulación de energía, sangre, fluidos corporales, etc. el Shiatsu está contraindicado cuando la persona que recibe el masaje tiene mucha fiebre (sobre todo si ésta va acompañada de infección o inflamación local) o padece una enfermedad infecciosa de cualquier tipo, un cáncer o una enfermedad cardiaca. Asimismo, habrá que evitar ejecutar presión en zonas en que pueda haber cortes, magulladuras, cicatrices, heridas o hinchazón.
Lo esencial de un buen Shiatsu
Los objetivos fundamentales del Shiatsu son:
- Ayudar al receptor a relajarse y por tanto a proporcionar un medio para combatir los efectos del estrés.
- Mejorar el flujo linfático, la circulación de la sangre y la vitalidad del receptor (y, por tanto, mejorar el sistema inmune).
- Ayudar a aliviar los dolores, las molestias y la rigidez
- Ayudar al practicante y al receptor a ser más conscientes de sus cuerpos
- Desarrollar compasión por la curación mediante un contacto físico apropiado.
Estos objetivos son más fáciles de alcanzar si el practicante de Shiatsu aplica los ingredientes esenciales de éste, que son:
La motivación
Para aplicar el Shiatsu a otra persona debe haber un deseo genuino de ayudarla a sentirse mejor. Si este deseo está ausente, entonces no puede haber una motivación sincera para intervenir en este arte humanitario de curación.
Una respiración regular
La respiración está íntimamente conectada con los procesos del pensamiento. Los pensamientos dispersos, descentrados, suelen reflejarse en una respiración poco profunda e irregular, mientras que la atención concentrada de la mente sólo se manifiesta cuando la respiración se ha ralentizado hasta el punto en que hay un periodo natural de no respiración entre la espiración y la inspiración.
Para el aplicador del Shiatsu, estar centrado significa poder notar los cambios casi imperceptibles en el tono muscular, la circulación y los niveles de energía, así como tener la sensibilidad necesaria para poder sintonizar con la estructura mental del receptor; es saber cuándo las tensiones del receptor se relajan tanto física como mentalmente.
Relajación y bienestar
La tensión y la relajación son contagiosas. La persona que recibe el Shiatsu percibirá nuestro grado de tensión o de relajación, ya que se transmitirá a través de nuestro contacto. Sólo podemos estar verdaderamente relajados si nos sentimos cómodos, por lo que hemos de abandonar todas las posiciones espectaculares y retorcidas aunque resulten impresionantes, y ponernos cómodos.
Mente vacía
El Shiatsu está más relacionado con las sensaciones que con el pensamiento. Si usted está pensando constantemente en lo que debería sentir, probablemente no sentirá nada más que un saco de carne y huesos. Si piensa constantemente en lo que debería estar haciendo, su receptor se estará preguntando qué le van a hacer. Pensar es un proceso válido y necesario para una valoración de la salud, pero el Shiatsu básico es el acto natural de tocar y sostener a otro ser humano, y como tal vacía previamente el pensamiento.
Apoyo en lugar de fuerza
Si les damos apoyo, se sentirán seguros, tendrán confianza y se volverán receptivos a nuestra presencia.
El primer nivel de apoyo es, por tanto, proyectar la idea de que vamos a ayudar nuestro receptor en lugar de imponerle algo.
El segundo nivel de apoyo es asegurar la estabilidad. La posición más estable para el receptor es tendido plano, mediante la cual el suelo proporciona un apoyo máximo para todo el cuerpo. Básicamente, cuanto más vertical es la posición del receptor, más contacto corporal se debe dar para contrarrestar la fuerza de la gravedad. El Shiatsu sentado requiere, por tanto, un contacto corporal máximo para impedir el colapso.
El tercer nivel de apoyo puede ser el contacto de apoyo. Al iniciar nuestro movimiento desde el Hara, e inclinarnos más que empujar, nuestro contacto será bienvenido en lugar de repelido. En consecuencia, el receptor se abrirá en lugar de cerrarse.
Presión perpendicular, sostenida y progresiva, habilidad técnica
Para aplicar Shiatsu debe disponerse de un repertorio de técnicas para su utilización. Si somos principiantes, nos será más fácil seguir una secuencia regular de técnicas. Con más experiencia, conseguiremos tener la seguridad necesaria para elegir las técnicas apropiadas, y con el tiempo seremos capaces de crear y adaptar técnicas adecuadas para cualquier circunstancia. Lo único que hace falta es una práctica diligente y constante.
En realidad, nuestra capacidad como practicante no es un reflejo del número de técnicas que conozcamos, sino de nuestro dominio para aplicarlas bien. La clave radica más en la calidad que en la cantidad.
La empatía y la sensibilidad
La empatía es la capacidad y disposición para apreciar cómo se siente otra persona. La preocupación genuina se refleja en el nivel de apertura de nuestro corazón.
Debe evitarse el egocentrismo de hacer una representación de Shiatsu.
Es posible dar una impresión muy gimnástica y de destreza con nuestra técnica, pero si ésta es nuestra razón para usarla, el valor terapéutico de nuestra sesión quedará gravemente reducido. Esto es así porque cuanto más nos preocupamos de la imagen que damos de nosotros mismos al receptor, menos capaces seremos de concentrarnos en él.
Continuidad
Recibir un buen Shiatsu es experimentar una sensación de integración por todo el cuerpo y entre el cuerpo y la mente. Sin embargo, esto sólo ocurre si hay una sensación de conexión, apoyo y continuidad por parte del practicante. Una sesión, por tanto, debe ser dirigida de un modo fluido y coordinado en lugar de parecer una amalgama desvertebrada de técnicas al azar.
Fluidez
Fluidez quiere decir tener mucha práctica en una amplia variedad de técnicas. Es la capacidad de aplicar un Shiatsu por todo el cuerpo sin tener que pensar en la técnica. La fluidez sólo es posible mediante la práctica repetida.
Para el practicante de Shiatsu la fluidez permite a la mente quedarse en el ahora, que es el único momento y lugar donde el nivel de vitalidad del receptor puede percibirse mediante el contacto. El ahora se pierde si la mente está bloqueada en el pasado, intentando recordar las técnicas adecuadas para la ocasión.
Otro aspecto importante de la fluidez es la capacidad de moverse ágilmente, discretamente y sin esfuerzo, sin que el receptor lo advierta.